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6 de mayo de 2019

Aprendizaje ligado a la experiencia y a la emoción

    De unos años a esta parte todo mi aprendizaje, salvo aquel que adquiero con la lectura de libros y artículos, está directamente relacionado con la experiencia y con el hacer.
Elijo sobre qué quiero saber, con quién quiero aprender, cómo, cuándo... Me he acostumbrado a aprender haciendo tanto que ahora no sé si sería capaz de aprender de otra manera. 

    Nuestros alumnos no tienen la opción de elegir qué quieren aprender (hablo de alumnado en edad de escolarización obligatoria). Ellos tienen que aprender lo que unos cuantos adultos han/hemos decidido.
Estoy completamente de acuerdo en que no está en nuestra mano quitar contenidos, modificar criterios de evaluación, suprimir estándares de aprendizaje... Sin embargo sí podemos cambiar los instrumentos y los métodos que empleamos para enseñarlos. Podemos hacer que los contenidos y habilidades que tienen que adquirir lo hagan de la forma más significativa y funcional posible permitiéndoles el movimiento, el intercambio comunicativo y desde luego ligándolo a la experimentación.
Sí podemos hacer que su estancia en el aula, en el centro, sea más agradable.

    Voy a compartir ahora una foto tomada desde la terraza de mi casa.
Debajo de ella tenéis una pista de audio con los sonidos que suelo escuchar cuando abro la ventana.
Estos dos elementos forman parte de mi día a día. Son cosas sencillas que tengo el privilegio de disfrutar (aunque no me lo proponga).
Sobre la foto hay dos elementos interactivos que, junto con las breves reflexiones que preceden a la imagen, forman parte de mi mirada estética, crítica y afectiva.
Espero que podáis disfrutar de un poquito de mi día a día. (Os recomiendo que ampliéis la imagen)





Ansiedad y autoestima en el aula

    Parece que este curso escolar todo lo que rodea mi docencia está relacionado con las emociones, la educación emocional, comprensión y expresión de emociones, empatía, comunicación completa (lenguaje verbal y no verbal), afectividad....
Ya en septiembre mi centro decidió participar en un Proyecto de Innovación Educativa sobre emociones basado en el Método Ruler de la mano de Ruth Castillo Gualda (@castillogualda).
A finales de octubre me apunté a otro MOOC de esta misma casa. Trataba sobre habilidades para la vida y alfabetización emocional.

    Con toda la información recibida en ambas formaciones he de decir que mis clases han cambiado. Presto más atención a pequeños detalles que antes pasaban desapercibidos, modero el volumen de mi voz, he cambiado el trato hacia mis alumnos... Así que la infografía que presento a continuación está basada en el antes (comienzos del mes de septiembre) y el ahora.
Tal vez los cambios no sean enormes en cuanto a las cosas que hay que hacer en el aula, pero desde luego su repercusión sí es notable y puedo comprobarlo día a día.  

Imagen de Pixabay con licencia CCO. Autor SarahRichterArt

    Fomentar el trabajo en equipo teniendo especial cuidado en las actividades que hacemos y en cómo las organizo para permitir la participación de todo el alumnado, dejar un tiempo a la conversación al comienzo del día o en el cambio de actividad, moderar mi volumen al dirigirme al alumnado así como cambiar el tono de la voz cuando busco silencio o atención. Procurar el silencio antes de comenzar cualquier actividad. Acercarme al alumnado a la hora de facilitarles ayuda, personalizar el feedback teniendo en cuenta el producto final que yo espero y el que quieren los alumnos (sobre todo en la clase de educación artística)... 
Pequeños cambios que suponen la creación de un clima mucho más favorecedor para la enseñanza y por ende, para el aprendizaje.
    No voy a extenderme más. Os dejo la infografía, sencilla, poco vistosa, pero con un contenido muy significativo para mí.


5 de mayo de 2019

Sombreros y teatro para la convivencia

    Poco antes de comenzar las vacaciones de Semana Santa tuvieron lugar un par de pequeños conflictos entre el alumnado de mi aula. Y digo pequeños porque se resolvieron más o menos positivamente sin demasiada desgasto emocional por parte de ninguno de los implicados.
En la presentación que podréis ver más adelante he detallado el suceso en el que me he inspirado para realizar esta actividad con el fin de que os situéis en la escena y os resulte más sencillo comprender después la propuesta de trabajo que he ideado (para este conflicto ya no servirá, pero desde luego sí para los que lleguen en un futuro, porque llegarán, de eso no me cabe la menor duda).


    La dinámica de los sombreros podría repetirse con el gran grupo. Yo he decidido parar ahí ya que sé que mi alumnado va a responder muy bien a esta dinámica la primera vez. Si alargo y repito la dinámica su respuesta ya no va a ser tan dinámica. La desgana va a poder más que el hecho de terminar con acierto así que... en caso de que quisiera repetir la secuencia de los sombreros tendría que hacerlo en una sesión diferente.