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9 de enero de 2018

Narraciones digitales de animales (I)

    En las clases de mis hijas están trabajando los animales. Cada una en su nivel (mientras que la pequeña está en el último curso de Educación Infantil, la mayor está en tercero de primaria) están viendo que los animales pueden definirse en función de su nacimiento, su alimentación, sus desplazamientos, su hábitat natural...

    El caso es que la pequeña llegó a casa diciendo que tenían que presentar en el aula un animal (mascota,  peluche...) de su elección. Y ella, como es así, decidió hablarles a sus compañeros acerca del cocodrilo. ¡Lo más normal! Un animal muy cercano a una niña de 5 años que vive en La Rioja.
    Comencé a buscar información en la red acerca de los cocodrilos para poder explicarle cómo son, cómo nacen y se desplazan, de qué se alimentan... Recabé tanta información que pensé que tanta información, bien organizada, podría interesar a la tutora y los compañeros de mi hija.
Consulté con su tutora si podría interesarle mi idea, si no era molestia... De buen agrado aceptó mi trabajo. Me indicó con más concreción cuál era el objetivo de la actividad y me orientó acerca de la información más relevante que podría interesar a los niños.
    Después de unas semanas de trabajo la presentación estaba preparada. Mi hija había visto cómo iba organizando la información, la conocía, era capaz de explicarla (aunque no le resultaba tan sencillo navegar por la presentación)... Y llegó el momento de que la narración viera la luz.


    Los niños disfrutaron de la presentación, los vídeos, las canciones, los cocodrilos famosos que todos o casi todos conocían... ¡La sesión terminó con toda la clase cantando al ritmo del Cantajuegos!

    Pasada la presentación y la "resaca" de la fiesta final llegó el momento de valorar la presentación: en palabras de la tutora "ha estado genial". Pero quería saber más e insistí en que me sacara los defectos. Fue reacia a ello, pero lo conseguí: 
  • el punto negativo, tal y como yo pensaba, fue el exceso de datos de la parte de las curiosidades (que además coincidía con la parte más avanzada de la presentación por lo que la atención de los niños ya no era óptima para este tipo de información) 
  • y algunos datos numéricos, demasiado grandes para que los niños los comprendieran.
    De los errores aprendemos. Espero no repetirlos en próximas narraciones.

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